miércoles, 17 de junio de 2015

El CUADRO de LOGIA de APRENDIZ de REAA. HISTORIA y SIMBOLOGÍA


El tema de los Cuadros de logia o Tracing Board, es un tema muy poco tratado en  España, tanto es así que se le da poca importancia, y siempre cuento la anécdota de una logia del GOdF que trabajando en RF , por vagancia de compra y de investigación y proque no se le daba importancia, utilizaba los Cuadros del Logia del REAA de una logia regular que trabajaba en el mismo local, y eso sucedió durante años, lo cual denota la importancia que le damos los masones a los temas rituales y a cuestiones como los Tableros de logia.

Hoy expongo un largo trabajo de un hermano portugués miembro de el Grande Oriente Lusitano, (GOL)  con el cual tengo muy buen relación y que me ha brindado un trabajo como este dado mi interés por esta temática de los Cuadros de Logia, de cuya reflexión les dejo en menos del Hermano  Joaquim Grave dos Santos. de la Logia Universalis. GOL

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Por cuadro, panel, o tapiz de logia entendemos la representación gráfica colocada, en la mayor parte de los ritos masónicos, en el centro del templo o taller, y a su vez colocada tal plasmación gráfica o pictórica sobre el pavimento mosaico. En dicho cuadro alegórico se encuentran plasmados los símbolos asociados al grado y rito al que se refieren los trabajos de la tenida en curso.

Este elemento de decoración del templo masónico simboliza la logia en su dimensión espacial, y como tal constituye una verdadera caja de herramientas simbólicas de elevado valor pedagógico
Desde antiguo existirán evidencias de su utilización en Inglaterra en el seno de la tradición de la Gran Logia de los Modernos, llegando de este modo a la masonería continental del siglo XVIII, en cuya época encontramos la verdadera génesis del Cuadro de Logia que ha llegado hasta hoy con las consiguientes modificaciones.

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Fig 1 Catéchisme de franc-maçons, de Leonard Gabanon 1744

La más antigua divulgación publicada en Francia, datada en 1737, y como tal denominada como Receptión d´un frey-maçon, es un documento trascrito según el relato del teniente de policia Herault, y elaborado en base a las informaciones recogidas por Mde. Carton, corista de la Opera de París, en dicho documento se encuentra estas referencia: Alrededor de un espacio delimitado sobre el pavimento, fue dibujado mediante tiza a modo de una especie de representación de las dos columnas el atrio del Templo de Salomón

En 1744 el Catéchisme de franc-maçons, de Leonard Gabanon (seudónimo de Louis Travenol, incluyó la reproducción de un «plano de logia para la recepción de Aprendiz-Compañero», y de un «plano de logia para la recepción de un Maestro» para lo cual se presentaron una serie de grabados que reproducían momentos de las ceremonias de iniciación, de exaltación, confirmando así las descripciones realizadas por el Teniente Herault.

De toda esta información, los grabados de Leonard Gabanon, resaltan en dicha época la importancia que tenía el Cuadro de Logia a la hora de las ceremonias masónicas.

El Cuadro de Logia transportaba a un espacio, a un tiempo que llevaba a la logia hasta su origen mítico, a la vez que permitía un soporte catequístico para un trabajo didáctico de cuya contemplación resultaron las reflexiones y contribuciones interpretativas de sucesivas generaciones de Hermanos, de cuyo origen y ubicación hoy designamos como masonería simbólica

La posición central del Cuadro de Logia favoreció el desarrollo de una deambulación circular, con un posicionamiento cara a cara alineado con las columnas, y con una estructuración en dirección al Oriente, y una distribución espacial que as u vez ubicaba a los Oficiales, soportando todo el conjunto criterios de orden funcional y simbólico.

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Figura 2 – Cuadro de Logia para la recepción de un Aprendiz-Compañero, L’Ordre des franc-maçons trahi et le secret des mopses révélé, 1745

De las primeras representaciones de los Cuadros de Logia publicados resalta, desde luego la forma rectangular que se asumen desde un principio en perfecta analogía con las características geométricas de la mayor parte de las salas donde se realizaban las Tenidas.

Otro aspecto fundamental de esta representación, mediante diversas técnicas, deviene de la orientación espacial denotada por estos paneles, materializada a través de la correspondencia con los puntos cardinales convencionalmente atribuidos a los cuatro lados de la logia e indicados como (Occidente – Oriente – Septentrión – Mediodía).

Los cuadros de logia de esta época son de carácter operativos, con una gran ligazón a la construcción simbólica a la construcción.

En general, estos cuadros de logia se asentaban sobre el pavimento mosaico en dos niveles, ligados por una especie de escalinata compuesta por siete peldaños, y que se suele representar en forma de semi-circular. En la parte nivel superior de la escalinata suele estar rematada con una balaustrada.

Y a cuyos lados hay dos columnas evocativas de la existencia a modo de una entrada que hace referencia al Templo de Salomón, dispuestas según el uso de los «modernos»(J à izquierda – B a la derecha), y así fue durante todo el siglo XVIII se fue prodigando este modelo en el seno de la Masonería practicada en Francia de la cual derivó esencialmente esta tradición de los tableros o cuadros de logia.

La mayor parte de los ejemplos que podemos observar se localiza precisamente ese espacio mítico retratado, como es el Templo en fase de construcción, en el cual aparecen representadas las tres ventanas localizadas al Occidente, al Oriente y al Mediodía.

Los símbolos ligados a la construcción presentan una disposición espacial variable siendo corriente encontrarse con representaciones de otros pertrechos que corresponden con las joyas móviles (Escuadra-Nivel-Plomada) e inherentes al Aprendiz (mallete y cincel). Dichos utensilios hoy en desuso en los Cuadros de 1º grado, que se alimentan de otros utensilios como el hacha, la paleta o la piqueta.
La cuerda dotada frecuentemente de dos borlas finales (dentelé) y con una serie de nudo aparece como un símbolo de un utensilio ligado a la construcción bordeando la parte superior del Cuadro, aunque luego veremos que dicha simbolización es mucho mayor.

Durante todo el siglo XVIII las representaciones del Sol y de la Luna aparecen, indistintamente, a la izquierda, o a la derecha de la parte superior del panel, la estrella flamígera configurando a su vez un triángulo, símbolo que viene a representar al Supremo Arquitecto del Universo,  dicho cuadro de logia suele una perspectiva vista desde el Oriente.

En el último tercio do siglo XVIII, los Cuadros de Logia pasarán a ser generalmente, pintados sobre tejido, ante se pintaban a tiza antes de la sesión, teniendo las salas donde se realizaban las tenidas con dicha presencia un carácter más específico para el acto masónico. Los símbolos consignados en los Paneles, y su distribución espacial y su aspecto gráfico fueron denotando con el paso del tiempo una mayor dispersión de criterios conceptuales, acentuándose esta diversidad con la llegada y práctica de los distintos ritos que se fueron articulando.

El Cuadro de Logia integrado en la decoración del Templo del Rito Francés, de 1801, se encuentra conforme a lo definido por el «Régulateur du Maçon», que recoge otros usos anteriores, ocupando la posición central de la Logia, circundado éste por los tres candelabros con sus respectivas velas, tal y como ha sido descrito por el Régulateur.

Según René Desaguliers, se puede comenzar a hablar de Ritos Escoceses cuando aparecen rituales relativos a los grados simbólicos, en los cuales la disposición de los candelabros es invertida, pasando en dichos Cuadros a tener este otra configuración y su interpretación simbólica empieza a identificarse con el ternario «Sabiduría – Fuerza – Belleza».

Por esa razón no nos puede extrañar que los primeros rituales de Logia de S. Juan del REAA, de1804, tengan esa disposición, y hayan evolucionado hacia esa simbología considerada por los respectivos paneles, como modelos constantes presentes en varios Tuilers publicados en la primera mitad del siglo. XIX, entre los cuales el más significativo de todos ellos sería el Tuilleur de Vuillaume, de 1820.

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Figura 3 – Cuadro de Logia de Aprendiz, “Tuileur de Vuillaume”, 1820

Se constata tras la observación de los Cuadros de Logia de esta época que su geometría convergió hacia un rectángulo pitagórico, cuyos lados se relacionan dimensionalmente en la proporción de tres para cuatro.

Por voluntad de la precisión técnica, y el cotidiano desenvolvimiento del pensamiento científico, los puntos cardinales iniciáticos utilizados en el siglo anterior, fueron sustituidos por los puntos cardinales profanos (Norte-Sul-Este-Oeste).

La cuerda pasó a simbolizar la Cadena de Unión, la cual circundan todo o panel, con excepción de Occidente, cuyo lateral permanece abierto para ilustrar que la Masonería se encuentra siempre receptiva a recibir a nuevos obreros. En los comienzos del siglo XIX el número de lazos de Amor, más frecuentemente encontrado, era de siete, dado que este número simbólico daba un cierto cierre al cuadro de logia queriendo de esta manera transmitir que el objetivo final del Arte Real era Cadena de Unión.

La definitiva localización espacial de la Logia de Aprendiz, con relación al Templo de Salomón, se ha tornado objeto de variadas interpretaciones divergentes que perduran pasados los siglos, teniendo esta cuestión origen en los Cuadros de Logia de inicio del siglo XIX, donde por ejemplo había desaparecido el pavimento mosaico, por entender que el Aprendiz aún se encontraba a la puerta del Templo, siendo pues confrontado ante esta, después de haber subido una escalera con un numero de grados idéntico a su edad simbólica. Tal criterio fue igualmente utilizado en la elaboración de los emblemas de los dos primeros grados del REAA, ilustrados en el libro de J. T. Loth, publicado en 1875.

La puerta en algunos paneles o cuadros está cerrada y en otros casos se halla abierta, y generalmente se presenta escoltada entre las dos columnas. Estas, en los Cuadros de Logia del REAA, cuyos grados simbólicos nacerán a partir 1804, se encuentran dispuestas según el posicionamiento de los « Antiguos» (J a la derecha – B a izquierda)

Las columnas aparecen en general encima de tres basamentos y frente al Templo, que se sobreponen a la puerta, normalmente manifestando cierta espiritualización a través de la representación del Delta Radiante.

No se han encontrado en este período más, representaciones de puertas a Oriente y al Mediodía, manteniéndose la presencia de las tres ventanas con sus formas y disposiciones habituales.

Con relación a las joyas móviles, inmóviles, o el mallete o el cincel, no existen más allá de otros posibles símbolos dentro del primer grado, siendo tales utensilios simbolizados generalmente representados de forma desagrupada.

El Sol y la Luna aparecen en la parte superior del Panel situándose el primero derecha y el segundo a la izquierda.

Entre los estudiosos simbolistas de principio del siglo XX se verificaron divergencias de opinión en lo que concierne a la geometría de la piedra tallada, e incluso sobre el pavimento mosaico, o el número de lazos de Amor que debería llevar la cuerda de nudos, perdurando muchas de estas disquisiciones en la actualidad.

En general el encuadre general se mantuvo con todo el conjunto inalterado al menos por cerca de un siglo y medio, verificándose a mediados del siglo XX, la introducción de modificaciones significativas en base a la corrientes evolutiva de los rituales, siendo muchas de estas modificaciones derivadas de una cierta tendencia hacia la britanización del rito en los grados simbólicos, tal y como ocurrió a partir dos años 50 en la Gran Logia de Francia.

Esta evolución o involución conforme a diferentes opiniones devino de la voluntad de esta Obediencia de ser reconocida por la Gran Logia Unida de Inglaterra, lo que motivó esta tentativa de modificar la práctica ritualística de los grados simbólicos del REAA, de una forma semejarse a los «workings» ingleses con tal de acercarse más a los Hermanos del otro lado del Canal da Mancha.

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Figura 4 Cuadro de Logia de Aprendiz. Gran Logia de Francia 1962

En este ejemplo que expone el ritual de la GLdF, 1962 (fig. 4) se observa la desaparición de la representación de la puerta del templo y su frontón, y un intento de distribución espacial de la analógica con los símbolos y su posicionamiento en la decoración de la logia

Aparecen en el pavimento de mosaico en su forma reducida (actualmente el modelo más utilizado en Francia), el Altar de los juramentos con los tres grandes luces de la Francmasonería agrupados en la posición correspondiente al grado de Aprendiz , las piedras bruta y tallada, cuya disposición es la habitual en logia, las herramientas Aprendiz, que se encuentran del lado de la columna B, y las joyas móviles e inmóviles dispuestas en los lugares donde se hallan la mesas de los oficiales de la logia (Escuadra: Venerable Maestro; Nivel: 1º Vigilante ; y Plomada: 2 º Vigilante).

Como elementos característicos de una notoria influencia británica se incluye
  • · La Biblia, que no existía en el REAA como libro sagrado en Francia entre 1829 y 1953
  • · La regla de 24 pulgadas, como símbolo del primer grado.
  • · Los tres pilares arquitectónicos: dórico jónico y corintio, respectivamente simbolizan la belleza, la sabiduría – fuerza – ternaria y que están dispuestas en las posiciones de cada uno de los oficiales  (Venerable Maestro/columna jónica-sabiduría – 1º Vigilante/ columna-dórica-fuerza y 2º Vigilante/ columna –corintio-belleza).
Cabe señalar que en este ejemplo la cuerda sólo está equipada con tres lazos de amor, la edad simbólica del grado de Aprendiz (tres años) y, por otra parte anotar, el hecho de que los paneles o cuadros de logia aparecen tan solo en dos colores, blancos y negro, similares a pavimento existente, para de este modo evitar controversias sobre la interpretación simbólica de otros colores , que presentaría nuevas y diferentes opiniones.

En el siguiente ejemplo correspondiente al modelo de referencia introducido en la misma Obediencia francesa (GLF) en 1979, permanece cierta preocupación hacia un hecho como es el retorno a la simbólica tradicional del REAA, no dejando, sin embargo de contener tendencias de la versión descrita anteriormente.

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Figura 5- Cuadro de Logia de Aprendiz. Gran Logia de Francia, 1979

Marcando de este modo un regreso a los puntos cardinales iniciáticos, con la reintroducción de pavimento mosaico, o la puerta de Occidente, o el frontón según las formas análogas utilizadas en el siglo anterior.

Como resultado del encuentro con las ideas defendidas por Oswald Wirth, a principios del siglo XX, la cuerda, en esta versión está representada por doce nudos o lazos del amor. Este número nos permite, que a lo largo de la toda la longitud del Panel se encuentren evidenciados tres intervalos de lazos, son evidentes otros cuatro, todos a la misma e igual longitud, ilustrando la naturaleza pitagórica del rectángulo que contiene.

Este número de lazos de amor se sitúa dentro del agrado sincrético del estudioso francés, que encontró una interpretación simbólica, identificándolos los lazos con los signos del zodiaco.

El resultado de la diversidad simbólica existente entre los diversos ritos masónicos y el resto de los sistemas rituales, fue que los Paneles de Logia han ido asumiendo substancialmente diferentes aspectos considerados como no pertenecientes al REAA.

En el Rito Francés (variante Groussier) el Cuadro de Logia no es un elemento indispensable en la decoración del templo, aunque sí que es recomendado su uso, el ritual de RF -GOdF 6009 de Referencia incluye un modelo tipo para ser tenido en cuenta por las Logias para su trabajo masónico
Esto no difiere sustancialmente en lo relativo al REAA, al menos en los considerados como símbolos, apenas si muestra otra disposición para los mismos eso sí omitiendo el libro de la ley sagrada, así como la regla de 24 pulgadas.

Otro punto a destacar es que este Panel no está orientado, puesto que en este rito no hay una sacralización del espacio iniciático, siendo apenas recordado como un tiempo mítico en el momento en que discurren los trabajos

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Figura 6 – Cuadro de Logia de Aprendiz Rito Francés ( Groussier) Grand Orient de France, 2009

En Inglaterra el uso del Cuadro de Logia solo se generalizó después de Act of Unión de 1813 usándose todavía hoy los modelos usados en los ritos anglosajones los que habian pintado en su día por famosos retratistas del siglo XX. XIX, como John Harris (1791 - 1873) o Josíah Bowring (1757-1832).

Estos paneles se caracterizan por ser dibujados en perspectiva, abundando los colores utilizados, constando una interpretación el Ritual de Iniciación en algunos «workings» como en el caso de la emulación.

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Figura 7-Cuadro de Logia de Aprendiz, Ritual de Emulación

Como elementos simbólicos específicos de este «working»", presentes en el Cuadro de Logia de primer grado, destacan los siguientes:
  • Los tres pilares, representados en las órdenes de arquitectura ya referidas anteriormente simbolizadas en este ternario por la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, también está presente Salomón, Hiram rey de Tiro e Hiram Abiff;
  • La escalera simboliza aquella otra visualizada por Jacob en su sueño en el cual los Ángeles viajaron entre la tierra y cielo.
  • Los tres símbolos presentes en esta escalera representan las virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad.
  • Las cuatro borlas, dibujadas en las esquinas de la imagen simbolizan las virtudes
  • Cardinales: Justicia, Templanza, Discreción y Valentía;
  • Las siete estrellas alrededor de la luna representan a los siete hermanos para hacer una logia justa y perfecta;
  • La Estrella Flameante simboliza la glorificación del Centro, representado por la orla de triángulos negros  blancos y negros que circunda todo el contorno.
En el Rito de Adopción, a través de la cual comenzaron a ser iniciadas en el siglo XVIII las mujeres, el contenido simbólico se basa, esencialmente, representados por varios temas vetero-Testamento.

Los paneles del primer grado de este rito, por tanto, son significativamente diferentes de las vinculadas a los ritos masculinos, más centrados en la construcción del templo de Salomón. La masonería de Adopción exhibe más bien imágenes alusivas a los tres temas principales del aprendizaje de la mujer masona como tal Aprendiz, y que son la Escalera de Jacob, el Arca de Noé y la Torre de Babel.

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Figura 8 – Cuadro de Logia de Aprendiz. Rito de Adopción, siglo XVIII

Finalmente cabe señalar que los Cuadros de logia del Rito Escocés Rectificado, obedecen a directrices contenidas en los rituales de Willermoz, 1782, y son los que reflejan más la práctica del siglo XVIII.

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Figura 9 Cuadro Logia de Aprendiz. RER. XX

El Cuadro de Logia del RER presenta una puerta cerrada, símbolo de la puerta del templo Interior al que se accede por una escalera que consta de una serie de tres, cinco y siete peldaños, separadas por niveles. Teniendo presente que el Catecismo del primer grado de este rito describe que el pavimento mosaico se encuentra en el subterráneo del Templo, encontrando aquí un tema presente en los grados crípticos de otros ritos.

La puerta está flanqueada por dos columnas, pero sólo la izquierda se muestra la letra "J", dado que el aprendiz no sabe todavía lo que acontece a la derecha.

Además de estos aspectos y características el Panel de Logia representa tres conjuntos de símbolos, cada uno de estos compuestos por tres símbolos dispuestos en triángulo. Estos tres ternarios conforman las joyas móviles, las joyas inmóviles y conjunto con el Sol-Luna-Estrella Flameante, que representa el número nueve (3 x 3), presente en el RER de diversas maneras, como el número de oficiales, o el número de luces de la orden.

Uno de los aspectos que no fue normalizado en los rituales de 1782 fue el número de lazos de amor de la cuerda, por lo que en muchos paneles de este rito han adoptado el número de lazos de la cuerda fijándolo en nueve.

Además del Cuadro de logia del RER, existe también un Cuadro de Grado, colocado frente al altar del Venerable.

El primer grado, que fue heredado de la Estricta Observancia Templaria, refleja bien el carácter dual caballeresco y cristiano del sistema.

La columna rota por el fuste, cuyos cimientos siguen siendo firmes (en consonancia con la divisa «Adhuc Stat», que en Estricta Observancia simbolizaba la Orden del Temple, sin embargo en el RER, tiene una interpretación espiritual ya que representa al hombre, que aunque está corrompido por la caída, conserva en sí los medios que le permiten su regeneración, permitiendo a su vez la masonería la suya descubierta en sí mismo.

Este Cuadro de Logia dibujado siempre en blanco sobre un fondo negro, es una analogía del contenido del prólogo del Evangelio de San Juan, según la cual "la luz brilla sobre las tinieblas, pero las tinieblas no la comprendieron".
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Figura 10 – Cuadro de Logia del grado de Aprendiz, RER. XX

Además para contener los símbolos del grado, el Cuadro de Logia es en sí mismo un símbolo que desarrolla un papel indispensable en el REAA.

Así, en nuestro rito, el Panel de Logia colocado en su lugar en el local a trabajar este proyecta sobre sí mismo un eje vertical a modo de Zenit o Nadir, que representa el tercer término que equilibra el binario plasmado en el pavimento mosaico orientado a su vez el espacio iniciático en el cual se desenvuelven los trabajos y resaltando el centro en el que todo masón se debe situar.

Una vez más se vuelve a repetir toda la decoración simbólica del templo, el Panel de Logia reafirma que la unidad contiene en esencia el Todo, ilustrando el principio hermético de que todo lo que está abajo es igual a lo que está encima.

Este símbolo interactúa dinámicamente con el ritual, encontrándose abierto, cuando no estamos en el mundo profano, y cerrado, cuando la logia está no está trabajando, estableciendo así la vía que llevará al masón de Occidente a Oriente, en el camino de luz y conocimiento.

Se destaca además, que el Cuadro de Logia simboliza la logia, y la logia simboliza el mundo, todo esto ilustra que la  masonería es Universal.

Como tal, se extiende de Occidente a Oriente, de Septentrión al Mediodía y del Zenit al Nadir, en una sola Cadena  de Unión intemporal, que nos liga con el pasado y se materializa en el presente, para proyectarse en el futuro en una demanda constante de lo bello, lo bueno y lo verdadero.

Como tal caja de herramientas da soporte a los aprendices, más antiguos o a los recientemente iniciados, el Cuadro de Logia es una riqueza pedagógica excepcional, permitiendo un trabajo de reflexión simbólica extremadamente pródiga lo cual permite a cada hermano ir añadiendo su aportación las primeras letras que los hermanos, que anteriormente circularon la palabra, le han dado.
De todo lo mencionado, sobresalen los siguientes aspectos:
  • · La evolución histórica del simbólico asociado con REAA corresponde a una tendencia de profundización iniciática o, por el contrario habría que preguntarse ¿sería más interesante proceder a un enfoque más renovador que se remonta a los rituales y simbólicos y construcciones simbólicas del siglo XVIII?.
  • · ¿Cuál es la actualidad, la evolución de nuestro rito, en este inicio del siglo XXI.?
  • · Cuando hablamos de conocimiento iniciático, es esto una realidad estática, como el conocimiento escolástico, que apenas se renueva al ritmo del reconocimiento oficial de nuevos descubrimientos científicos?.
El conocimiento iniciático revivifica permanentemente, en la medida en que es adquirido cuando las interpretaciones que hemos recibido de los eslabones de la cadena que llegaron antes que nosotros, agregamos por tanto nuestra personal contribución reflexiva, trasmitiendo a los que nos preceden el valor de lo acrecentado de nuestra propia opinión.

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado es, congénitamente, sincrético y consiguientemente integral, lo que le permite aglutinar un vasto universo del pensamiento y de los símbolos, que le ha permitido adaptarse a prácticamente a todos los cuadrantes geográficas en todos los sentidos de la práctica masónica.

Es cierto que no siempre los sincretismos introducidos han contribuido a una mayor coherencia del sistema, pero la consistencia es siempre la última demanda que se exige de un rito, cuyos grados simbólicos se desarrollaron en Francia, en 1804, sobre la base « antiguos» que generaron la mayoría de sus altos grados, en ese mismo país, entre 1740 y 1760, por masones que no conocía ninguna otra manera que la práctica masónica moderna y donde coexistían influencias filosóficas como distintas y a veces antagónicas como, por ejemplo, la hermética y la Ilustración o el Iluminismo.

Debemos con todo, pensar que un retorno a los orígenes, llevado a sus últimas consecuencias, ello obligaría toda a la contribución de varios y notables simbolistas como Oswald Wirth o Jules Boucher, que contribuyeron en el siglo XXI y XX, para que el REAA asumiese la riqueza simbólica actual, constituyéndose como un verdadero semillero y transmisor de la Tradición Masónica, en su dimensión material, intelectual y espiritual.

Con respecto a la innovación del sistema con respecto a temas de actualidad, se observa que la Francmasonería se basa en símbolos y mitos que se remontan a fuentes tradicionales que transportaron una esencia intemporal, asociada a la naturaleza humana, que le ha permitido servir de apoyo a la búsqueda de la verdad, en muy diversos contextos, espacio y tiempo.

La verdad no se alcanza, es el fruto del momento y tiene su búsqueda, lo cual ha permitido que los masones encuentran respuestas, en términos de valores éticos, frente a nuevos paradigmas de las sociedades, en mutación constante, constituyéndose así nuestra Augusta Orden en un factor de elevación de la humanidad, en una búsqueda constante de valores más justos y comprensivos.

En la reflexión filosófica masónica cuentan más los razonamientos que se producen, que la base que los sostiene. Para comportarse así fuentes de gran alcance como el REAA ofrecen una elección de herramientas adecuadas para cada la situación particular, lo que permite la interpretación de sus símbolos, que siempre se puede centrar en varios puntos de vista, pues tienen una lectura analógica que transporta las preguntas contemporáneas, permitiendo que el masón escocés del siglo XXI seguir trabajando, como sus antepasados, para su progreso personal y de la humanidad.

No creo que las visiones sean radicalmente renovadoras o las más convenientes para el futuro, también en el campo de la práctica ritual tenemos que saber siempre de dónde vinimos, dónde estamos, para en buena conciencia, decidir hacia dónde queremos ir.

En esta línea de razonamiento, coherente, se podrá construir entendiendo el mensaje que los hermanos que nos precedieron nos dejaron, porque entonces ello garantiza la continuidad de la cadena iniciática y, convenientemente, garantiza la transmisión.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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  • · Gabanon Leonard ”Catechisme des Francs-Maçons”, Paris, 1744;
  • · - Guérillot Claude ”Les trois premiers degrés du Rite Écossais Ancien et Accepté ”, Guy Trédaniel Éditeur, Paris, 2003;
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  • · Marcos Ludvic ”Histoire Illustrée du Rite Français”, Éditions Dervy, Paris, 2012;
  • · Mondet Jean-Claude ”La Premiére Lettre: L’Apprenti au Rite Ecossais Ancien et Accepté ”, Editions du Rocher, Paris, 2005;
  • · Nöel Pierre ”Les Grades Bleus du Rite Écossais Ancien et Accepté”, Éditions Télètes, Paris, 2003;
  • · Ritual ”Régulateur du Maçon”, 1801;
  • · Rituais RER, 1782;
  • · Ritual ”Guide des Maçons Ecossais”, 1804;
  • · Rituais de Referência REAA GLdF de 1927,1952,1962,1979,1984,1989,1998,2000,2003,2006,2013;
  • · Ritual de Referência Rito Francês Groussier GOdF, 2009;
  • · Rocchi Giorgio ”Importanza e significato del Quadro di Loggia”, 2013;
  • · Villant Jean-Claude ”De l’usage du tapis de Loge”, Paris, 2011;
  • · Wirth Oswald ”La Franc-Maçonnerie rendue intelligible à ses adeptes”, Éditions Dervy, Paris, 2007;
NOTA: Acceso al documento original en PORTUGUES:


Autor: Joaquim Grave dos Santos. Logia Universalis. Grande Oriente Lusitano (GOL)

Traducción autorizada por el autor y realizada por Víctor Guerra MM.:.Logia Progreso- DH)

jueves, 4 de junio de 2015

UNA VISION DISYUNTIVA DE LOS GRADOS «ESCOCESES». REFLEXIÓN y PROPUESTA.

ALdaba

LA REFLEXIÓN.

Cuando uno se enfrenta al trabajo masónico de los Altos Grados del REAA, desde la experiencia de haber trabajado la primordialidad de las Ordenes del Rito Francés que impulsó Roëttiers de Montaleau, y que desarrolló el Gran Capitulo General del Gran Oriente de Francia (GCG)1784, uno se queda con la extraña sensación de volver a un mundo preñado de «espiritualidad y religiosidad» que absorbió el rito Escocés Antiguo y Aceptado (REAA) constituyéndose en el corazón esotérico y hermético-cabalístico del renacimiento masónico.

Está claro que Roëttiers de Montaleau, y aquellos que le secundaron no pudieron abordar la puesta al día de las Ordenes de Sabiduría, tal como se hizo en los grados azules del rito Moderno con la compilación ritual que dio como resultado el Régulateur du Maçon, aun cuando en 1788 el GCG articuló talleres los Altos Grados y fijó el «sistema» francés, con una voluntad de aperturismo y pragmatismo como bien recogen los Estatutos y Reglamentos Generales de 1784, y que recoge el artículo 27 de esta forma: «Le G.:. Chap. G renfermera dans son sein, autant qu’il sera possible, toutes les connaissances maçonniques»

En 1802, varios Hermanos bajo ese aperturismo que mostró el GCG reivindicaron la co-existencia con otros ritos en el seno del GOdF, y desde ese preciso momento se puede situar la firma del concordato entre el GODF y la Grande Logia General Escocesa, para emprender la práctica del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, a lo que se ha de sumar la instalación como Gran Maestro a Cambacérès que dio plenitud a dicho acuerdo, constituyendo desde entonces como un referente totalizador que además el Colegio de Ritos del Gran Oriente de Francia, impondrá como modelo ritual, ante lo cual Charles Porset denominaba irónicamente dicha acción como la «Creencia que aniquila la razón».

Durante más 150 años el REAA como rito y como estructura dentro de la obediencia francesa, evidentemente con herencias y préstamos, ha pilotado casi todo el desarrollo ritual periférico de la llamada masonería liberal continental, pues la huella de sus textos y sus orientaciones la encontramos en numerosos rituales que utilizaron y utilizan las más diversas Obediencias, tanto antiguas como actuales.

La otra gran orientación «escocista» continental, podemos decir sin ambages que procede de otra potente estructura, como es la que representa la Gran Logia de Francia (GLF), que a su vez guarda igualmente las esencias del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. (REAA), aunque esta orientación ha tenido menos impacto en las masonerías continentales, al menos en lo que se pueda referir a España.

Por tanto, cuando abrimos la panoplia ritual de los Altos Grados del «escoscismo», nos encontramos con varias cuestiones que personalmente me llaman la atención, por un lado: la abundancia simbólica que han aportado las diversas escuelas de pensamiento y espiritualidad en base a la permeabilidad que el (REAA) ha mostrado como rito, lo cual unido al fuerte sustrato bíblico que alimenta los diferentes grados en combinación con lo anterior ha contribuido a fijar una tradición esotérica y simbólica que patentizan grados como el Caballero Rosacruz y el Caballero Kadosh, trabajados con fuerte dimensionamiento en el «escocismo».

Queda meridianamente claro el poso esotérico y simbólico con claras referencias hermético-alquímicas, y fuertes raíces cristianizantes que de buen grado aceptó el REAA, en contraposición al rito Francés (GCG- GOdF), que obvió trabajar de forma focal grados como el Caballero Rosacruz o el Caballero Kadohs, que han sido los buques insignia del esoterismo como templo espiritual para una experiencia espiritual, aunque desde algunas posiciones hoy se intenta presentar las prácticas rituales de estos grados «escocistas» desde un cierto existencialismo iniciático.

Está claro que desde posiciones agnósticas y ateas, el trabajo ritual de dichos grados trae complicaciones éticas y de cohesión entre pensamiento y praxis, y de ello han sido conscientes algunos estudiosos y autores, que han buscado la conciliación de los opuestos, no negando el hecho, pero ensayando otra perspectiva ante una dialéctica perpetua jamás concluida cuya arcaica y enigmática herencia, conforman una comunidad de espíritus contradictorios, que es la masonería.

En este sentido, se puede decir que el abordaje de estos temas en Francia ha sido importante, estando presente en el panorama reflexivo el trabajo Hermanos que practican el REAA, tanto desde el enfoque racionalista, como desde el campo espiritualista, de uno u otro rito, lo cual constituye un interesante corpus bibliográfico a consultar, con autores como J. Saunier; J. Bartholo; P-M Savainag; C. Guerillot ; B. Etienne, P. Mollier, etc.

Esta panorama de reflexión no tiene parangón en España, pero en todo caso deseo llamar la atención de los lectores de REAA, sobre el trabajo que se está realizando por cambiar enfoques y perspectivas, que permitan el trabajo desde el con una cierta coherencia entre razón y creencia, sin que una aniquile a la otra.

   

En este sentido es bueno poder visualizar el cambio de enfoque que nos propone Narciso Sáez Narro, cuando indica que por ejemplo «nuestros caballeros rosacruces del rito (REAA) no van a Oriente a conquistar terrenos sino a buscar ideas».

LA PROPUESTA.

En el panorama masónico español, muy inmaduro aún en estas lides de la reflexión ritual, digamos que aún estamos en ese estadio «de sí el ritual se ajusta o no a la tradición», sin que haya un estudio sistemático de los ritos y los grados, analizado desde la coherencia y la visión personal imbuida de una cierta laicidad y racionalismo, que nos a aleje de este modo de los patrones al uso, «donde todo vale en función que lo que indique el ritual», de ahí que luego haya grandes sorpresas cuando, por ejemplo, desaparecen algunas cuestiones de los rituales, los cuales han sido, por poner un ejemplo, colonizados por los sefirots misticos masónicos, o se ven reaparecer otros símbolos en función de modas o influencias que son préstamos de otros ritos, y otras estructuras masónicas...

Para mí, ahora que me encuentro en esas tesituras de trabajar en un nuevo rito como es el REAA, no puedo negar que determinados grados y enfoques se presentan desde mi visión particular de ateo, formado en el seno del Rito Moderno y Francés, y por ende heredero de una peculiar visión masónica, pues me encuentre ante ciertas contradicciones, de creencia y razón, antes las cuales preciso nuevos enfoques y herramientas para poder abordar este nuevo y denso recorrido por el REAA, con cierta frescura y prospectiva, sin caer en los determinismos al uso.

En este sentido para mi han sido totalmente recomendables para esta travesía de resituación con respecto a los rituales de REAA y los Altos Grados, las reflexiones hechas libros de Narciso Sáez Navarro, La masonería y sus Grados Escoceses, un dialogo desde la laicidad y la racionalidad. Tomo I Desde la Iniciación a la Maestría Perfecta, y Tomo II Los grados rosacruces, areópagos y los administrativos.

Ya que el amigo y francmasón de la GLSE y alto Grado practicante del REAA como es Narciso Sáez, trata de enfatizar de una forma muy didáctica otros enfoques para de esta manera poder abordar el gran embrollo de concepto y de praxis, lo que significa encontrarse de sopetón en la matriz de los Altos Grados REAA, las múltiples leyendas e interpretaciones bíblicas sin olvidar los aditamentos simbólicos herméticos- cabalísticos que parecen conformar parte del edificio conceptual del REAA, cuestiones no tan influyentes en otros ritos, como el Moderno/Francés del GCG-GOdF que he practicado durante más de once años.

Creo que en ese recorrido, desde la Escuadra y el Compás manejados en el primer tramo de nuestra experiencia masónica en logia azul, camino de la dimensión universalista de la reflexión que nos presenta la siguiente escala del trabajo masónico en cámaras de perfección, capítulos, etc, es bueno contar con herramientas que sirvan de apoyo y complemento a la hora de afrontar esa re-construcción que supone adentrarse en un mundo ritual, sea el que sea, pero más en el REAA, para que este se vivifique en cada uno de nosotros de tal modo que pueda arrojar resultados positivos a quien se adentre en tal prospectiva simbólica.

No es una propuesta de reflexión al modo y manera de un cierre categorial, sino un sendero de ensayo y error desde la prospectiva de pensar de forma abierta, partiendo como nos propone Narciso Sáez, de «integrar el lenguaje del sendero, del respeto y de la devoción», o sea iniciar de nuevo el gran tour del Compañerismo, en el proceso de la búsqueda más abierta y creativa posible.

Por tanto, este post no va de una reseña de un libro de un buen amigo, sino sobre la experiencia personal y sobre manera trata de presentar una introspección en una metodología que propone un estudioso como es Narciso Sáez, la cual nos puede servir para poder enfrentarnos a algunas las contradicciones ya expuestas.

Iniciación como un referente parcial y no totalizador.-

La famosa Iniciación se ha de vivir y contemplar como un proceso sin iluminaciones, ni ukases iniciáticos, sino dejando que cada uno viva su estadio masónico desde la condición personal labrada en base a percepciones, y experiencias vitales, vividas durante nuestra existencia antes durante de nuestra militancia.

Unos vivirán la entrada en la masonería desde la óptica de creencia, vivenciando una iniciación más espiritual, otros en cambio, la abordaremos desde la razón como una «recepción de masones entrados», siendo unos, tal vez, los «predestinados y elegidos», y otros simples albañiles en la gran cantera masónica con la misión de ir desbastando la piedra para encontrar la talla adecuada.

Por eso debemos abordar la iniciación desde una perspectiva abierta, ya que el complejo mundo simbólico del REAA y sus sustratos simbólicos de los que se alimenta nos lo exige, de no hacerlo así nuestros tránsitos se irían estrechando cada vez más hasta conducirnos hacia la constreñida vereda del dogmatismo conceptual y ritual de quedarnos con la experiencia textual.

Búsqueda desde el agnosticismo y la razón como base universal.

Narciso Sáez, nos propone en ese tránsito de la búsqueda como anhelo de superación desde la Razón, una búsqueda abierta activa que nos permita recrear la simbólica y su entorno, dándole vuelta al mito, abandonando la mitomanía, y des-construyendo la mítica al uso desde la Razón activa «para lo que admite o reconstruye esté revestido de convicción racional», no quiere ello decir que no podamos admitir valores sostenidos en ficciones sutiles, en metáforas y alegorías, sino que analizadas desde la razón podamos reelaborar  una nueva mítica que paulatinamente vaya sustituyendo, si se quiere, los viejos arquetipos bíblicos y herméticos por nuevas analogías, pues nuestra historia, nuestra cultura occidental no quepa la menor duda nos ofrece nuevas míticas y referencias que nuestros antecesores no consideraron en ese momento adecuadas, pero no por ello dejan de ser útiles en la recreación de una nueva mítica.

La ficción el corazón y la liberación ante moldes establecidos.

Está claro que enfrentarnos ante el alambicado mundo simbólico del REAA para aquellos que no hemos sido elegidos como «iniciados», sino que nos hallamos en la cantera como simples masones aceptados cargando con nuestro agnosticismo o ateísmo, es bueno trabajar desde la ficción, no «basta que desvelemos el camino» sino al contrario de como plantea Narciso Sáez, sino que teniendo como eje transversal la ficción poder ensayar desde la propia la propia semiótica del simbolismo «escocista», poniendo razón de por medio pero también corazón, pues de lo contrario no llegaríamos seguramente a tener conceptos claros sobre poéticas manifestaciones masónicas que tenemos a nuestro alrededor, las cuales debemos contemplar desde el corazón, que «todo lo vivifica en su proceso de transmutación y rarefacción, de su expansión y concentración, en su solve et coagula particular»

La liberación, los grados, los símbolos, la mítica y la regeneración

La re-construcción que debemos acometer, no deja de ser una introspección alegórica mediante la regeneración de una interpretación desde la ética personal y cotidiana en pos del progreso de la humanidad y la felicidad personal, aunque tenemos tendencia a pensar que «concepto de Razón que incorpora la ilustración desde el pensamiento protestante y de la peculiar aportación del jansenismo, resulta una entelequia no muy propicia para una masonería liberal y laica».

Por tanto nuestra actual posición histórica, cultural e intelectual, nos exige liberarnos del yugo alegórico al uso, sin que por ello neguemos la transcendentalidad del hecho ritual en su conjunto como fruto de un quehacer que nos viene de lejos y la puesta en valor cada día, para conseguir los fines que se fijan las distintas masonerías, y nosotros como masones, enlazando la raíz hermenéutica de la tradición con perspectivas y prospectivas más actuales y liberadoras. En otras palabras «la masonería está unida al presente, al ser humano del presente, a la razón activa que permite progresar en el aquí y ahora», no de una manera trascendente, sino desde la razón y la sabiduría que busca en ese orden dado en los rituales el sentido más hondo de la búsqueda, de la verdad.

Una búsqueda que se haya imbuida en una filosofía, en una ética, y una moral, todo ello desde la universalidad no dogmática, sino desde una posición abierta con el fin de ir desvelando, desde las alegorías bíblicas y herméticas que nos suscita de buenas a primeras la lectura de los rituales, los referentes que puedan conformar desde la razón una mítica universal liberadora tras ir quitando velos que nos desdibujan el sentir más hondo del mensaje a recibir, y tal como nos indica el autor de la propuesta «si en algún momento tomamos el símbolo como la última imagen simbolizada y nos quedamos en ello, se acaba el proceso».

Lo cual supone en este sistema de grados es bueno conocer lo que llevó a otros Hermanos a integrar elementos, alegorías y símbolos, que pueden ser útiles en la cadena de progresión o un lastre, por tanto debemos conocer la historia masónica y ritual para liberarnos en un constante ejercicio que todo masón debería realizar de regeneración personal y colectiva.

La Heterodoxia como axioma de trabajo

La búsqueda, tras la permanencia en las logias azules, cambia de sentido en las logias de perfección, hay una nueva orientación, digamos que se fija la atención en valores universales a veces velados o mediatizados, en parte por el relato bíblico, que a los que no estamos imbuidos en la «cultura del Libro» nos produce cierto rechazo, y máxime cuando se quiere presentar a la masonería como un remedo de la religión positiva y nos deja poco margen a los librepensadores para la razón y la libertad, no se trata tan solo de trasmutar la cena mística rosacruz en una espicha, para sintonizar razón y creencia en el desacuerdo que puede producir tal grado, que cada momento ratifica al anterior, por tanto ese juego malabar dialéctico –conceptual, no deja de ser una pequeña trampa, por lo cual es necesario ir un paso más allá, buscando el fin último y velado que pueda desprenderse del grado rosacruz como alegoría sobrevenida, ya hasta sobre actuada, de otro tiempo y otras referencias misticos -históricas, antes las cuales se han de hollar en otros paradigmas.  

Y eso, todo ello se puede abordar desde las posiciones ya comentadas, pero asumiendo también un grado de heterodoxia que será la guía que nos permita luchar por la libertad y la fraternidad del otro desde la paradoja de que los masones podemos detentar una misma construcción moral, estemos donde estemos, tengamos el grado que tengamos, teniendo en cuenta de que no hay verdades absolutas, y que nunca seremos iguales, puesto que cada uno se traza su camino, trabaja su piedra desde su universo mental y vivencial, lo cual no quita para que seamos una sociabilidad construida por semejanzas y complementariedades.

Esto es los que nos propone Narciso Sáez, para abordar el proceso de imbuirnos en la ritualidad del REAA desde perspectivas laicas y racionalistas, abordando desde estas premisas cada grado de los 33 que tiene el REAA, analizando cada uno de ellos, viendo sus desarrollos y propuestas, examinando sus herramientas y proyecciones.

No es un cierre categorial, ya que Narciso Sáez, es hijo de sus vivencias, de su visión masónica y formacional, pero propone una sistemática y una metodología que nos puede servir como referente para llegar a veces a posiciones radicalmente encontradas o complementarias, la razón activa y creadora con el tiempo y paciencia, y viendo a los Hermanos interactuar podemos llegar a esas semejanzas complementarias viviendo la ritualidad «escocista» desde prospectivas diferentes, al menos para mí, desde mi vital experiencia y visión hay pocas alternativas más desde la visión laicista y racionalista. y del rito Moderno, que profeso.

NOTA: Creo que puede servir como referencia también este trabajo versado sobre el Rito Francés, pero que explica como unos hermanos se atrevieron a plantearse un cambio de arquetipos. http://www.ritofrances.net/2008/11/no-s-si-antes-hubo-una-corriente-crtica.html

He dicho.  Victor Guerra. MM.:. Logia Progreso 1850. Le Droit Humain (DH).